El Banco de España considera que el tratado de libre comercio entre Europa y Canadá será "positivo" para la economía española y supone una "oportunidad notable" para las empresas de estos mercados que quieran internacionalizarse.
En un artículo, el Banco de España califica el CETA como un "ambicioso pacto comercial de la UE" y considera que "constituirá un referente de cara a futuros acuerdos con otros países desarrollados y, en particular, en el contexto de las negociaciones del nuevo marco legal de relaciones entre el Reino Unido y la UE tras el Brexit".
En referencia a su impacto en la economía española, el supervisor indica que "cabe esperar que la reducción de barreras no arancelarias tenga un impacto positivo", en particular, sobre aquellas empresas que participan en los procesos de contratación públicos y en el sector de servicios regulados, en los que se van a reducir las barreras de acceso para las empresas extranjeras.
Además, el acuerdo favorecería la penetración de las empresas españolas en un mercado donde su presencia es aún reducida, ya que solo el 5% del total de las compañías exportadoras venden sus productos en Canadá.
Inversión extranjera
Dado que las barreras existentes a la inversión extranjera directa en Canadá son superiores a las existentes en España, el margen de ganancia neta en este terreno "debería ser favorable para España", según el organismo.
Mientras, el Banco de España estima que el impacto directo a corto plazo de la reducción de barreras arancelarias sobre los flujos comerciales será reducido.
El supervisor recuerda que la Comisión Europea estima un impacto de este acuerdo a largo plazo sobre el PIB de la UE de entre 0,02 y 0,03 puntos porcentuales, y entre 0,18 y 0,36 puntos porcentuales, en el caso de Canadá.
El Banco de España señala que los sectores más beneficiados del CETA en la UE serían los alimentos, el químico, la maquinaria y los servicios de transporte, que en la actualidad se enfrentan a mayores barreras.
El organismo también recuerda que desde un punto de vista jurídico, el CETA no modifica la legislación de la UE, de manera que todas las importaciones procedentes de Canadá deberán seguir cumpliendo la normativa de la UE y viceversa; así como el acuerdo conserva la capacidad de la UE, de sus Estados miembros y también de Canadá de adoptar y aplicar sus propias leyes y reglamentos sobre la actividad económica en aras del interés público.
Fuente: expansión.com