Tan sólo hay siete países en la Unión Europea con unos ingresos totales del Estado en relación al Producto Interior Bruto (PIB) inferiores a los que obtuvo España en el ejercicio de 2013.
Y es que, a pesar de llevar años conviviendo con fuertes subidas impositivas -las primeras, las del IRPF y el Impuesto sobre el Valor Añadido (IVA), fueron aprobadas por Mariano Rajoy nada más llegar a la Moncloa-, la recaudación de nuestro país sólo ha aumentado en 1,6 puntos de PIB en dos años: desde el 36,2% que representaba en el año 2011 al 37,8% que suponía al cierre de 2013.
En millones contantes y sonantes, eso se traduce en un incremento de los recursos del Estado de alrededor de 16.000 millones de euros entre 2012 y 2013. En ese mismo período, el ajuste del déficit -para bajar desde el 9% de 2011 al 6,62 de 2013- supuso 23.400 millones de euros.
Las cifras hablan por sí solas de la atonía de los ingresos en España, agudizada por la crisis. Según el Programa de Estabilidad 2014-2017 -enviado a Bruselas por el Ejecutivo de Rajoy el pasado junio-, la recaudación total del Gobierno español en 2013 ascendió a 386.250 millones de euros, de los cuales 223.057 millones entraron en las arcas por vía impositiva (el 21,8% del PIB) y 130.438 millones fueron por cotizaciones sociales (12,8% del PIB). Eso significa que el 91,5% de los ingresos globales son impuestos, de ahí la importancia de su efectividad recaudatoria.
Al nivel de Polonia y Bulgaria
Estos datos, homologados por la oficina estadística comunitaria (Eurostat), confirman que España continúa muy lejos del nivel de ingresos que logran las grandes potencias europeas, y nos ponen, en cambio, a ras de suelo, junto a Estados tan dispares económicamente como son Polonia, Bulgaria, Irlanda, Eslovaquia, Letonia, Rumanía y Lituania.
De hecho, tal y como resaltan las últimas estadísticas homogéneas de Eurostat, el Estado español ingresó en 2013 seis puntos de PIB menos que Portugal y hasta ocho puntos menos que Grecia, lo que da idea de la disfunción que supone que la cuarta potencia europea -España- recaude menos por PIB que Lisboa -salida hace poco del rescate de la troika- y que Atenas, considerado el enfermo crónico de Europa y aún bajo intervención.
El problema de la baja recaudación fiscal español queda patente en la evolución del IVA. Según un informe del Instituto de Estudios Económicos (IEE), España es el país de la UE-28 con la menor recaudación de IVA en relación al PIB: el 5,5%. Eso significa medio punto menos que en 2007, y más de punto y medio inferior al promedio de la UE (7,1%). Además, mientras en España los ingresos por IVA han caído con la crisis, en el conjunto de la UE se han mantenido en una media del 7%, si bien la recaudación ha bajado desde 2007 en un total de 15 países.
Incrementar los ingresos de las arcas públicas españolas precisa dos tipos de medidas, según la mayoría de expertos e institutos de análisis. Por una parte, bajar tipos hasta situarlos en la media europea y aumentar las bases impositivas eliminando deducciones y beneficios fiscales, además de aliviar la presión fiscal ejercida por la imposición directa (IRPF y Sociedades). Y, por otra parte, un mayor control del gasto público y un decidido refuerzo de la lucha contra el fraude, la evasión y la elusión fiscales.
Figuras tributarias hasta 2017
Según el Programa de Estabilidad, en el acumulado entre 2014 y 2017, el Gobierno confía en subir los ingresos gracias, sobre todo, a las figuras impositivas ambientales. En el desglose de ingresos, la mayor ganancia de peso sobre PIB corresponde a los indirectos (1 punto más, hasta el 12% en 2017), aupados por la mayor recaudación ambiental, por Transacciones Financieras y por el trasvase de ciertos productos al tipo general de IVA por imposición de Bruselas.
Las proyecciones del Ejecutivo sitúan a continuación los impuestos directos, cuyo peso se elevaría en 0,8 puntos hasta 2017, para alcanzar el 11% del PIB ese año, impulsados "por los efectos beneficiosos de las medidas tributarias y estructurales adoptadas sobre la actividad y el empleo". Siempre según el Programa de Estabilidad, en 2017 la recaudación por impuestos directos presentaría una diferencia con la procedente de indirectos de 0,4 puntos porcentuales mayor a la de 2013.
Finalmente, el Ejecutivo augura una pérdida leve de peso de las contribuciones sociales: 0,5 puntos porcentuales hasta 2017, un ejercicio en el que constituirían el 12,3% del PIB.
Una atonía que llegará a 2017
En 2015, año de la entrada en vigor de la reforma fiscal, y año electoral, para más señas, los ingresos totales del Gobierno español supondrán el 38,8% del PIB (apenas tres décimas más que en 2014), es decir, 2,3 puntos porcentuales menos de lo que recaudaba en 2007. Esa es al menos la previsión que figura en el Programa de Estabilidad 2014-2017, que apunta a que la atonía de ingresos llegará hasta 2017, cuando el Ejecutivo calcula que recaudará el 39% del PIB; esto es, 2,1 puntos porcentuales menos que diez años antes.
Fuente:eleconomista.es