Obligados a hacer la maleta y cambiar de residencia. No por placer sino por trabajo. Cuando este escasea, cada vez más empleados cambian de lugar ante una oferta laboral. Van allí donde hay un puesto que ocupar. El primer trimestre de 2014 registra la tasa de movilidad más alta desde 2010. Y son los empleados de Castilla La Mancha, Castilla y León y Aragón los que más emigran por motivos laborales. De hecho, en este mismo periodo, el 12,48% de los contratos realizados en los tres primeros meses de 2014 en España, más de 444.000, se generó a partir de procesos interprovinciales de emigración para conseguir un empleo.
Son datos analizados por la firma de recursos humanos Randstad, que ha analizado la información de migración interprovincial recogida en el Servicio Público de Empleo Estatal (SEPE), correspondientes al primer trimestre, desde 2010 hasta 2014. El objetivo es conocer la movilidad de los trabajadores, y su relación con el acceso al mercado laboral, independientemente del contrato que firmen, ya que este análisis incluye todos los modelos de contratación posibles.
Según el citado periodo observado, la consultora descubre que el primer trimestre de 2014 ha registrado la tasa de movilidad más alta desde 2010, que se sitúa en el 12,48%. Este dato se obtiene de la relación entre los contratos que implican movilidad a otra provincia y el número total de contratos firmados. Es decir, de los contratos realizados durante los tres primeros meses de 2014 (3.557.000 contratos), más de 444.000 vienen motivados por la migración, ya que el trabajador consigue acceder al empleo en una provincia diferente a la de su última residencia.
Esta tasa de movilidad viene determinada por diversas cuestiones. Uno de los aspectos que más influye está relacionado con la región en la que reside el trabajador. De esta manera, se aprecia que el saldo migratorio resultante de este movimiento es positivo en seis comunidades autónomas, mientras que ocho de ellas son emisoras de trabajadores.
Por ejemplo, Madrid es la comunidad autónoma más receptora, con un saldo positivo de 37.532 trabajadores. Le siguen Andalucía, con 7.531; Murcia, con 4.146, y País Vasco, con 2.624. Completan esta clasificación Baleares y Navarra, con 1.651 y 1.492 trabajadores respectivamente.
Por el contrario, en el lado opuesto, destacan los datos de Castilla La Mancha, que refleja un saldo negativo de 16.443 profesionales; Castilla y León, 7.469; y Aragón, con 6.569. Cádiz, Sevilla y Toledo son las provincias más emisoras de trabajadores.
El informe de Randstad pone de manifiesto que existen lugares que se consideran receptoras de trabajadores. Esto viene determinado porque entran más empleados a desarrollar su actividad profesional de otra provincia de los que salen fuera. En esta línea, Jaén, con un saldo de 16.939 personas; y Barcelona, 11.935, son las dos zonas, junto a Madrid, que se sitúan por encima de la barrera de los 10.000. A poca distancia se coloca Huelva, con 9.795 contratos.
Por su parte, como provincias más emisoras se posicionan Cádiz, Sevilla, Toledo, Zaragoza y Lleida, todas ellas con una diferencia negativa superior a los 5.000 trabajadores, que han emigrado a otras ciudades para acceder al empleo. Otros de los factores que tienen relación directa con la movilidad de los profesionales son la edad y el sexo. Si bien a nivel nacional, la tasa de movilidad se sitúa en el 12,48%, se aprecia que por género este porcentaje es superior en hombres, con el 14,8%, que en mujeres, con apenas el 9,4%.
Asimismo, el estudio refleja que las edades donde la movilidad es más elevada abarca entre los 25 y los 34 años, con un 14,1%, y entre los 35 y los 44 años, con un 12,8%.
El estudio de Randstad revela que el sector servicios es el que más contratos de movilidad engloba, en términos absolutos. Uno de los factores viene determinado por la estacionalidad, ya que, por ejemplo, es en verano cuando más puestos de trabajo se necesitan cubrir en las zonas que atraen a un mayor número de visitas. Sin embargo, tiene una tasa de movilidad inferior al resto de sectores. El 76% de los trabajadores españoles desarrolla su actividad en el sector servicios, pero sólo el 57% de los contratos firmados ha implicado movilidad geográfica dentro del territorio nacional.
La agricultura es un sector con una tasa de movilidad muy elevada. Mientras apenas un 5% de los ocupados en España está empleado en él, más del 27% de los contratos registrados han motivado un cambio de residencia por parte del profesional.
Industria, por su parte, se sitúa con una tasa de movilidad por debajo de la media nacional, según el citado análisis. En este caso, el 7% de los contratos implica que el trabajador cambie de provincia para acceder al empleo, mientras que el sector representa al 13,6% de los profesionales ocupados.
Fuente: cincodias.com