La crisis sigue castigando duro al mercado inmobiliario de la Comunidad y a todo lo que tenga que ver con este sector, como se observa en el precio del suelo urbano, que continúa en caída libre. De hecho, Castilla y León es la autonomía con el metro cuadrado más barato de toda España y el pasado año marcó el segundo mínimo histórico de la serie, solo superado por el registrado en 2013.
Los datos que ofrece el Ministerio de Fomento sobre la evolución de los precios son lapidarios. Desde el comienzo de la crisis, el suelo urbano ha perdido algo más de la mitad de su valor. En 2007, en plena burbuja inmobiliaria, el metro cuadrado se cotizaba a 129 euros de media, mientras que el pasado año no superó los 62 euros. Esto quiere decir que el valor medio de los solares en la Comunidad es prácticamente un 60% menos que la media de España, con la agravante de que la distancia se amplía.
Así, mientras en el conjunto del país ya se observa una incipiente recuperación del sector inmobiliario, con una subida del 4,3%, Castilla y León se encuentra entre las ocho autonomías que siguen a la baja, con un 2,1% de caída en la caso de la Comunidad.
El suelo urbano también se ha depreciado más que la media en los últimos ocho años, en concreto, un 52%, siete puntos más que la pérdida de valor que ha experimentado de media en España. Solo en términos relativos no se encuentra en la cola, sino en mitad de la tabla. Esto se debe probablemente a que los precios estaban más ajustados que en otras comunidades. Otro dato que revela la grave situación del mercado se observa al comparar el volumen de negocio del pasado año y el de 2007. Si a las puertas de la crisis la compraventa de suelo movió 677 millones de euros, ocho años después se rebajó en un 88%.
Las causas de esta desfavorable evolución son varias. La principal, probablemente, la liberalización del suelo, de modo que ciudades y pueblos se llenaron de un exceso de terrenos calificados de urbanos a los que, con la llegada de la crisis, ha sido imposible dar salida. Así lo entiende el presidente de la Confederación castellana y leonesa de la Construcción, Javier Vega Corrales, quien reconoce que el precio del suelo es bajo porque la actividad se frenó y no se vende. No obstante, el representante de los constructores es moderadamente optimista, ya que estima que la parálisis del mercado inmobiliario ha tocado ya fondo y ahora toca remontar.
Realmente es difícil que el precio pueda caer mucho más, aunque sería preciso que la actividad económica creciera como en los mejores tiempos para que el mercado pudiera absorber tanta oferta de suelo urbano.
Fuente: El Mundo (Diario de Castilla y León)
